Kalimán se encuentra frente a ocho lacandones dispuestos a vengar con sangre la huída de Mariela y Solín
De pronto Kalimán les dice que atacan unas águilas, es hipnotismo colectivo, aprovechando la distracción creada corre a todo lo que dan sus piernas, logra juntarse con sus amigos y continúa el escape. Los lacandones los siguen, pero el jefe de ellos sabe que van hacia la muerte
A orillas del lago San Lorenzo el capitán Scott convence al profesor Mendoza de que baje a explorar la ciudad perdida de Yicu Jol. El profesor se coloca el equipo de buceo y baja mientras el capitán lo provee del aire necesario, de pronto el aire deja de llegar al investigador
Kalimán y sus amigos han llegado a orillas del lago Lacanhá, toman el agua fresca, a continuación sienten un extraño sopor Mariela y Solín, quedan totalmente rígidos, solo Kalimán resiste los efectos del agua, los lacandones han llegado y le dicen al Hombre Increíble que el agua está envenenada
El capitán Scott celebra con Rosco que el profesor ha sido eliminado, sin embargo bajo el agua Chan Makó se acerca a salvarlo, rápidamente lo jala a la superficie y emergen ante la sorpresa del capitán y su cómplice, el capitán finge consternación pero el profesor lo acusa directamente y se retira con el cacique lacandón
El anciano científico está preocupado por la vida de los lacandones, en eso comienza a sospechar que tal vez el capitán lo engañó y su hija vive, toma la decisión de matar al capitán Scott
La resistencia física de Kalimán lo ha salvado del agua envenenada, pero para salvar a sus amigos deberá pasar la prueba de los dioses, vida o muerte, Kalimán acepta y lo atan a un árbol en lo alto de una colina, luego los lacandones hacen sonar los caracoles de la muerte y entonces cientos de tarántulas salen de sus nidos y trepan al cuerpo del Hombre Increíble. Los lacandones observan en silencio
Esa noche el capitán regresa a su choza y se encuentra ante un revolver que porta el profesor Mendoza y está dispuesto a disparar, pero entonces entra Rosco y lo desarma valido de su látigo, el capitán golpea al anciano sin piedad, Rosco se lleva al profesor a los pantanos, a una cabaña, mientras Chan Makó los vigila
Continúa
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